Vivir sin destruir
Si nos sentimos aislados, no apreciados, inseguros material y socialmente, o, sencillamente, sin amor, somos infelices. Pero la cuestión es más complicada: según las estadísticas, la gente es más desgraciada cuando vive en una sociedad polarizada, en la que hay una gran distancia entre los ricos y pobres, donde la vida y la sociedad carecen de sentido, o cuando la población tiene menos influencia en la vida política.
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